lunes, 2 de febrero de 2009

Narváez visto a través de la literatura




El general Narváez tuvo mala suerte con su imagen. Definido ante la opinión por anécdotas que respaldaban su carácter autoritario, gobernante que todo lo resolvía con la represión. Es muy significativa al respecto la que se le atribuye ante el confesor en el lecho de muerte, preguntado sobre si perdonaba a sus enemigos dijo al parecer : “no puedo, los he fusilado a todos.”
La mala imagen es propiciada en buena parte por la literatura. De él se ocupó Galdós en uno de sus episodios nacionales que lleva precisamente por título el apellido del personaje. La visión que nos transmite Don Benito es la de un personaje instalado en el poder que tiene que hacer frente a las intrigas de los absolutistas o de las persona cercanas al absolutismo. A pesar de los rasgos negativos es un claro liberal.
Baroja nos presenta en “Memorias de un hombre de acción” (“Las furias”) a Narváez en una época anterior de su vida. Está combatiendo en la primera guerra carlista, joven, ambicioso, valiente pero también generoso con el enemigo.
También en “La Corte de los Milagros” lo trata Valle-Inclán que no siente ninguna simpatía por él. En sus opciones políticas Valle había evolucionado desde un carlismo hacia un cierto anarquismo, con lo que no simpatizaría nunca es con el liberalismo burgués y moderado que un Narváez representa. Pasado a través del cruel filtro del esperpento no podía resultar simpático.
La modernidad y calidad de esta obra hace que sea la que más influye en el futuro y la que consigue imponer su punto de vista aunque no sea la que más ajustada a la realidad histórica.

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