domingo, 28 de diciembre de 2008

Diego de León, un héroe romántico (y II)




Diego de León y Navarrete, conde de Belascain, título que el mismo alcanzó por su valor en combate, había nacido en Córdoba en 1807 e ingresado muy joven en la carrera militar siendo capitán de Caballería con 17 años. Participó en la guerra carlista haciéndose famoso su costumbre de cargar al frente de sus lanceros allí donde el enemigo era más numeroso. Ganó una de sus varias laureadas cuando al frente de 70 hombres paralizó a toda una columna carlista hasta que llegaron refuerzos. A los 30 años ya es Mariscal de Campo y está al frente del ejercito de Navarra, alli en 1838 tomó Belascaín, acción que le valió el título que antes mencionamos. La acción debió ser de lo más heróica, los carlistas habían fortificado un puente con varias piezas de artillería y Diego de León se lanza el primero al asalto después de ordenar al corneta que de el toque de carga. Su caballo resultó muerto, pero la posición fue tomada.
En 1840 se le nombra Capitán General de Castilla la Nueva, es uno de los héroes del momento.
Los militares victoriosos en la guerra carlista como él o como Espartero gozan de la máxima popularidad. Esta popularidad la aprovechan para hacerse oír ante el poder. Son los momentos en que el liberalismo ha vencido a los carlistas pero ahora se enfrenta a las resistencias de la Regente María Cristina, proclive al moderantismo y desacreditada cada vez más por los turbios negocios de su nuevo marido Fernando Muñoz. Espartero se hace nombrar Regente en sustitución de María Cristina.
La actuación de Espartero como regente es muy discutida y él que tantas alabanza había suscitado como general en jefe de las tropas isabelinas o cristinas frente a los carlistas es ahora blanco de la críticas. La depuesta regente María Cristina desde el extranjero no acepta la nueva situación. Los moderados, descontentos con el protagonismo de Espartero recurren a impulsar pronunciamientos. Así O´Donell, de la Concha y Diego de León entre otros se conciertan para derrocar a Espartero.
El plan consistía en apoderarse de la reina y llevarla al Norte, con la intención de proclamar un gobierno antiesparterista. O´Donell se pronunciaría en el Norte y Diego de León se apoderaria de Isabel II.
O´Donell se subleva en Pamplona apoderandose de la ciudadela de Navarra, el día 4 de octubre le secunda el general Piquero en Vitoria; en Bilbao y en Vergara proclaman regente a la Reina Madre. En Zaragoza algunas fuerzas del ejército abandonan la ciudad para unirse a los sublevados.
El dia 7 los generales Diego de León y Manuel de la Concha intentan tomar el palacio real y apoderarse de la reina niña. Consiguen controlar el exterior, pero dentro del palacio un grupo de alabarderos les hace frente. Se entabla un tiroteo en las escaleras, el revuelo se extiende por Madrid. Perdida la sorpresa oyen el toque de generala por las calles, comprenden que el intento no puede tener éxito y deciden escapar, lo hacen por Puerta de Hierro. El general de La Concha consigue salir del país pero Diego de León, perseguido por un regimiento de húsares, fue sorprendido mientras bebía agua en las fuentes extramuros de Colmenar Viejo, junto a la ermita de la Magdalena. Laviña, al mando de las tropas que le persiguen es un antiguo subordinado de Diego de León y le ofrece la posibilidad de que escape a Portugal, pero Diego de León prefiere entregarse y asumir las consecuencias de sus actos autoinculpándose como único responsable del asalto al palacio.

Fracasado el intento de apoderarse de la reina el plan de los sublevados se desmorona. El consejo de guerra dura una semana en la que Espartero deja claro que quiere el fusilamiento.La reina Isabel es partidaria de que se le indulte, pero se opone su tutor Arguelles. El día 15 se le ejecuta.
El baño de sangre que se desata en la represión del levantamiento, unas doscientas personas, contribuye al descrédito de Espartero que a partir de ese momento tendrá a gran parte del ejercito y de la opinión en contra.

sábado, 27 de diciembre de 2008

Diego de León, un héroe romántico (I)

El 15 de octubre de 1841 tiene lugar en Madrid un curioso espectáculo, Diego de León y Navarrete, glorioso militar español es conducido en carreta descubierta desde la prisión de Atocha por las calles de Madrid hasta el lugar donde va a ser ejecutado. Viste uniforme de gala y es vitoreado por la población que le aclama. El reo se mantiene firme y sereno afrontando con la mayor dignidad la muerte que le aguarda. Ya ante el pelotón de ejecución saca de su bolsillo unas monedas de oro y recompensa con ellas a los soldados que van a ajusticiarle. Leída la sentencia condenatoria, pide a los componentes del pelotón:
“¡Que no os tiemble el pulso!¡Al corazón!”
Y el mismo dirige da las órdenes de su ejecución.
La noche anterior escribió una carta de despedida a su esposa que tenéis en wikisource y que reproduzco a continuación:
“Amada Esposa;
Preveo que sobre estas líneas van a caer abundantes lágrimas; yo quisiera evitarte este dolor, pero es tan largo y acelerado el viaje que he de emprender que no puedo dilatar la despedida. Me dicen los amigos que la Sentencia que sobre mí ha recaído es injusta, pero cuando Dios la consiente la tendré merecida; por eso apelo a la resignación, que es el triste consuelo de los moribundos.
Indicarte los deberes que competen a la viuda de un soldado pundonor, sería ofenderte y no lo mereces, ni el trance pide argumentos de esta clase.
No solicites verme, no quebrantes con tu cariñosa presencia el vigor que necesito para morir como he vivido, ni busques duplicar tus dolores delante del que no ha de poder remediarlos.
Supla el cariño de nuestros hijos el inmenso amor de tu infortunado esposo y llévalos por la Senda honrada que anduvo su padre.
Quisiera estar hablándote toda la noche, por ser la última que te dirijo la palabra, pero hay deberes que me lo impiden.
El que vivió Caballero, es menester que muera Cristiano y el que merecerse a Dios, exige meditadas y supremas preparaciones.
Tuyo hasta exhalar el último Suspiro.
Diego de León.
La muerte menos temida da más vida. Diego de León”
Como veis la muerte de un valiente según los cánones del romanticismo. En la próxima entrada sabremos algo más del personaje.

domingo, 21 de diciembre de 2008

El pronunciamiento de Porlier




La conspiración de Porlier 1815
Porlier es otro de los que con su heroísmo habían contribuido en la guerra de la independencia a expulsar a los franceses y traer a Fernando VII, el deseado a España. No simpatizaba con el absolutismo y conspira para restaurar la constitución de 1812. Traicionado es detenido y llevado a La Coruña siendo encerrado en el Castillo de San Antón. Aprovechando que le permiten salir a tomar baños medicinales a Arteixo se aloja en casa de Andrés Rojo del Cañizal, otro liberal y desde allí prepara un pronunciamiento que inicia volviendo a La Coruña en la noche del 19 de septiembre de 1815. Se pone al frente de un grupo de militares y marcha con ellos hacia Santiago. Pero advertido el jefe militar José Imaz consigue hacer que lo detengan. Será ahorcado en el campo de la Leña en La Coruña el 3 de octubre de 1815. Otro pronunciamiento fracasado.
Así nos cuenta los hechos Estanislao de Cosca en su “Historia de la vida y reinado de Fernando VII de España”, publicada en 1842.

En la mañana del 19 de Setiembre, don Juan Díaz Porlier, que tantos laureles había cogido durante la guerra de la independencia, apellidó libertad en la Coruña, donde se hallaba vigilado tomando baños, y púsose al frente de las tropas que la guarnecían, cuyos sargentos y algunos oficiales estaban de acuerdo con el general. En el acto de proclamar la Constitución ofició Porlier a la audiencia, que se negó a sus invitaciones; entonces arrestó al capitán general don Felipe Saint-March, al gobernador y al intendente con el auxilio de la fuerza armada, y sin que se notase en el pueblo la alegría y entusiasmo propios del que logra romper las cadenas que le oprimen. Al momento circuló Porlier proclamas y órdenes a Santiago, prescribiendo a su comandante general don José Imaz que restableciese el gobierno representativo abolido por Fernando, y que secundase un movimiento que no tardaría en sentirse en el reino entero. Pero Imaz no solo se negó a tomar parte en aquella revuelta, sino que resolvió rechazar con sus tropas las de Porlier, en el caso en que intentase hostilizarle. Entre tanto el arzobispo y algunos canónigos de Santiago, juntamente con otras personas adictas por sus destinos a intereses al bando reinante, pensaron en los medios de cortar de un golpe y en su principio la sedición, y reuniendo una crecida suma, enviaron a un hombre de travieso ingenio a sondear a los sargentos sé insinuarse en sus ánimos. No tardó el activo agente en arrastrar a sus fines al sargento primero de marina Antonio Chacon, quien derramando el oro entre sus compañeros comenzó a sembrar el descontento, pintando los peligros de la empresa en que ciegamente se habían lanzado.
El general Porlier, conociendo que sí la revolución se encerraba en las paredes de la Coruña pronto sería sofocada, determinó ir a Santiago, confiado en muchos oficiales con quienes mantenía secreta inteligencia, y en la noche del 21 al 22 salió para aquella ciudad, después de haber dejado guarnecida la Coruña, y llevando consigo cerca de mil infantes y seis piezas de artillería. Con la nueva de la salida de Porlier púsose Imaz en movimiento para correr a su encuentro y batirle; pero seducidos del todo por Antonio Chacon los demás sargentos y cabos, inclinaron al soldado, y apoderándose de Porlier y de treinta y cuatro oficiales, se dirigieron con los presos a Santiago, dando aviso a la Coruña, de donde ya había huido el 23 por la mañana la tropa que allí quedó, sabido el nuevo pronunciamiento. El general y sus cómplices fueron sepultados en las cárceles de la inquisición, de las que sacaron al desventurado don Juan Diaz Porlier el 3 dé Octubre, para colgarle ignominiosamente de la horca después de trasladado a la Coruña, quemando el verdugo las proclamas y demás escritos que había publicado. Tal premio mereció el denodado guerrero que en tantos encuentros defendió el trono del monarca, cuya negra ingratitud confunde la imaginación del hombre, y es el oprobio y baldón de la tierra que sostuvo su cuna. La esposa de Porlier participó con él de todos los peligros y desgracias, y fue condenada a una larga reclusión, después de muchos insultos y privaciones.

sábado, 20 de diciembre de 2008

Más sobre la conspiración del triángulo

Una información complementaria y más detallada sobre la conspiración aparece en una antigua historia sobre el reinado de Fernando VII.
La parte relativa a los hechos que nos ocupan la podéis consultar pinchando aquí.

La conspiración del triángulo


Una vez que Fernando VII regresa de Francia y se impone como rey absoluto anulando la constitución de 1812 (La Pepa) y los actos de las Cortes, los liberales no se conforman y a pesar de la represión que se desencadena sobre ellos conspiran para derrocar el poder absoluto. Se recurre al pronunciamiento dada la débil difusión de las ideas liberales entre la población. Se producen una serie de intentonas que fracasan como el de Espoz y Mina en Pamplona, septiembre de 1814, o el Porlier en La Coruña en septiembre de 1815. Antes de que triunfe el protagonizado por Riego en Cabezas de San Juan en 1820 aún habrá otros como el de Lacy en junio de 1817, pero antes de ellos hay una intentona muy curiosa y distinta conocida como la “conspiración del triángulo”.
Su cabeza visible fue el general Ramón Vicente Richart pero no eran sólo militares los que estaban implicados en la conspiración. Parece ser que pretendían secuestrar o asesinar a Fernando VII y proclamar la constitución del 12. Se le conoce como del triángulo porque acentuaban el secretismo actuando en grupos de tres personas. Cada uno de los conjurados tenía que buscar el apoyo de otros dos, a los que sólo él conocía y así sucesivamente. De modo que si caían en manos de la policía no pudiesen delatar más que a dos personas.
En febrero de 1816 se puso en marcha el mecanismo conspiratorio, estaban implicados militares y civiles, muchos de ellos masones ya que la masonería contribuía muy activamente en la difusión del liberalismo, pero debido al secretismo no podemos saber exactamente quien estaba detrás.
Pretendían abordar al Rey cerca de la Puerta de Alcalá, lugar por el que solía pasar en sus salidas nocturnas con miembros de la camarilla, pero no lo consiguieron porque a pesar de su sigilo la noticia había llegado a conocimiento de las autoridades. Un capitán, Rafael Morales obtuvo de sus subordinados información y puso en marcha el mecanismo que llevó a la detención de Vicente Richart. Poco después de esta detención se sucedieron otras, pero pocas pues el mecanismo del triángulo impidió que se conociese quienes estaban implicados. La solidaridad entre los conjurados funcionó y el silencio en los interrogatorios hizo que a pesar de ser detenidos unos 50 sospechosos no se pudiese imputar a muchos.
El general Vicente Richart fue ejecutado como instigador principal siendo ahorcado y también uno de sus colaboradores, el sastre Baltasar Gutiérrez . Fueron conducidos al patíbulo en un carro y al militar después de ahorcado se le decapitó.

jueves, 18 de diciembre de 2008

Unas cuantas lecturas

Ahora que se acercan las vacaciones quizás tengáis más tiempo para leer. Os recomiendo unos cuantos libros de cierto interés, además del de Ana Frank que recomiendo en la entrada anterior.
Aquí tenéis varias propuestas:

Finis mundi de Laura Gallego
Un juglar y un monje ante los terrores del año 1000.

Soldados de Salamina Javier Cercas
Una historia ambientada en la guerra civil española.

Germinal de Emile Zola
Un poblado minero del norte de Francia en la época de la industrialización.

La catedral del mar de Ildefonso Falcones
Aventuras de un siervo fugado en la Barcelona del siglo XIV.

Rebelión en la granja de George Orwel
Sátira sobre la corrupción del socialismo estalinista.

Vacas, cerdos, guerras y brujas de Marvin Harris
Análisis de determinadas costumbres sociales realizada por un antropólogo.

Ana Frank

Un libro interesante para leer en estas vacaciones es el Diario de Ana Frank. Se trata del diario que una niña, Annelies Marie "Anne" Frank, escribió entre el 12 de junio de 1942 y el 1 de agosto de 1944 mientras estaba oculta escapando de la persecución que los nazis desencadenaron contra los judíos,
Os dejo un enlace a la página del museo dedicado a esta niña. Aunque quizás es mejor que lo visitéis después de haber leído el libro.
Ana Frank

RAFAEL DE RIEGO (y II)




Tras el éxito de su pronunciamiento Riego es el ídolo de las masas liberales. Como premio recibe el ascenso a mariscal de campo y es nombrado Capitán General de Galicia. No llega a ocupar el cargo pues se aprovecha un viaje a Madrid que realizó para acusarlo de ser republicano.Su destitución produce descontento en el país y tras ser leído un discurso explicativo que envía al parlamento, al fin, en noviembre de 1820, es nombrado Capitán General de Aragón y con tal motivo se traslada a Zaragoza. En ese mismo año contrae matrimonio con su sobrina, María Teresa de Riego y Bustillos.
Continúan las acusaciones de republicanismo, pues en septiembre de 1821 es destinado a Lérida y más tarde a Castelló de Farfaña tras un complot republicano. Su destitución provoca manifestaciones en su favor en Madrid, Sevilla, Cádiz, La Coruña y otras ciudades de raigambre liberal.
Participa activamente en la actividad política del trienio en el que los liberales, antes unidos contra el absolutismo de Fernando VII, están ahora divididos en exaltados y moderados. En marzo de 1822 es elegido diputado por Asturias y su carrera política le lleva a ser Presidente de las Cortes en un período en el que gobiernan los exaltados.
Ante la invasión de los Cien mil hijos de San Luis, resultado de la decisión que toma el Congreso de Verona ante la petición de ayuda del rey Fernando, Riego se dirige a Cádiz intentando organizar la resistencia frente a los franceses y los absolutistas. Traicionado por sus tropas es tomado prisionero en Arquillos (Jaén) y trasladado a Madrid. Declarado culpable como reo de alta traición es llevado en un serón a la Plaza de la Cebada en Madrid y allí ejecutado antes los insultos de grupos de absolutistas que han retomado el poder.
Su figura se convierte en legendaria y a él se dedica el famoso himno de Riego, que llego a ser himno oficial el 7 de abril de 1822 y otra vez lo sería durante la Segunda República. Su música se atribuye a José María de Reart y Copons, militar español aunque otros la atribuyen a Manuel Varo, músico mayor de la charanga que Riego llevaba en su columna. Incluso se dice que está muy inspirado en una musiquilla popular del valle de Benasque.
Tuvo esta composición varias letras, incluso Antonio Machado compuso una para él; la oficial es de Evaristo de San Miguel Valledor.

domingo, 14 de diciembre de 2008

RAFAEL DE RIEGO (I)


RAFAEL DE RIEGO Y NUÑEZ (1725- 1823)
Nacido en Santa María de Tuñas (Asturias) el 24 de octubre de 1785 fue ejecutado en la Plaza de la Cebada en Madrid el 7 de noviembre de 1823. Es el gran protagonista del conocido como levantamiento de Riego el 1 de enero de 1820 en Cabezas de San Juan (Cádiz). Su nombre se asocia al himno liberal y republicano conocido como Himno de Riego que tuvo varias letras y que llegó a ser oficial en España.
Había cursado estudios de filosofía y de derecho en la Universidad de Oviedo que decidió abandonar para ingresar en los Guardias de Corps en Madrid. Ya en la capital participa en el Motín de Aranjuez que acaba con la destitución de Godoy y está relacionado con los inicios de la Guerra de Independencia. Murat lo envía prisionero a El Escorial, de allí logra fugarse, se dirige a Asturias pues su padre era miembro de la Junta Suprema de Asturias. Nombrado capitán participa en diversas acciones, es hecho prisionero el 3 de noviembre de 1808 siendo deportado a Francia.
Toma allí contacto con el liberalismo radical. Liberado, viaja por Inglaterra y Alemania llegando a contactar con la masonería que trabajaba en favor de las corrientes liberales contra el absolutismo. Vuelve a España en 1814 y reingresa en el ejército como teniente coronel. Jura la Constitución de 1812 (La Pepa) antes de que Fernando VII a su regreso de Francia la derogase.
Durante el primer período absolutista se une a la masonería y participa en en conspiraciones para restaurar la Constitución. Después de varios intentos fracasados, hacia finales de 1819 está reuniéndose en Andalucía un ejército destinado a enfrentarse con los independentistas americanos de las colonias españolas.
El ambiente es propicio a un rebelión. Cuenta Andrés Borrego que “los inválidos que regresaban de Venezuela al desembarcar en la costas del litoral gaditano, andrajosos, hambrientos, inutilizados y escarmentados, ponderaban su mala ventura y decían a voz en grito a los acantonados expedicionarios que les esperaría igual suerte si sobrevivían al adverso destino que iban a buscar... en cuanto a los oficiales, así entre ellos como entre los paisanos, era general la opinión de que el restablecimiento de la Constitución de 1812 allanaría el antagonismo de los criollos y abriría la puerta a la pacificación de aquellas regiones y a una era de sólidas ventajas tanto para los americanos como para los españoles” (citado por Tuñón de Lara, La España del siglo XIX tomo 1 pág. 57).
En este ejército Riego está al mando del batallón asturiano. Es la ocasión que esperaba para una intentona contra el absolutismo de Fernando VII y el 1 de enero de 1820 se alza al frente de sus tropas en Cabezas de San Juan (Sevilla). La situación se vuelve incierta, el resto del ejército vacila pero Riego no se rinde e inicia una marcha por diversos pueblos andaluces en los que esperaban encontrar apoyo popular para su levantamiento, apoyo que no acaba de producirse. Estuvo vagando durante cerca de un mes por tierras de Málaga y la Serranía de Ronda, evitando el enfrentamiento con las tropas del gobierno. Parece cundir el desánimo cuando al eco del pronunciamiento surgen sublevaciones en Coruña, Ferrol y en otros diversos lugares de España, en Madrid grupos de liberales se manifestaban a favor de la Constitución, corren rumores de que la sublevación se extiende. El 7 de marzo la multitud rodea el palacio real. El gobernador militar de Madrid se niega a reprimir a los manifestantes. El pronunciamiento había triunfado y Fernando VII se vera obligado a marchar “por la senda constitucional”.

Fernando Muñoz (y II)



Fernando Muñoz, acompaña a su esposa al exilio donde ambos se reúnen con sus hijos. Se dirige el matrimonio luego a Roma, mientras deja a sus hijos, “los muñoces” en Suiza. Tras audiencia con el Papa Gregorio XVI abandonan la ciudad para instalarse en París desde donde conspirarán contra Espartero.
Volverá del exilio la pareja tras la derrota del general que tendrá que buscar refugio en Inglaterra. El protagonismo de Fernando Muñoz se recupera en el terreno de los negocios asociado al marques de Salamanca, ministro de Hacienda y luego Presidente. con el que obtendrá numerosos beneficios al amparo del poder: monopolio de la sal durante cinco años, concesión de la línea de ferrocarril Madrid-Aranjuez. Con el apoyo de Salamanca y el de Narváez el enriquecimiento de Muñoz se incrementa velozmente. El embajador francés dirá: “no existe en España un solo negocio industrial en que María Cristina o el Duque de Riánsares no tomen parte”.
El título de duque de Riansares, con grandeza de España, le había sido concedido a Fernando Muñoz el 13 de octubre de 1844 en virtud de su matrimonio y hace alusión a un subafluente del Guadiana a través del Cigüela. El día anterior, con el permiso de la Reina, la pareja ya casada en secreto, se casa oficialmente. Al par que la riqueza el padrastro de la Reina Isabel II irá consiguiendo títulos nobiliarios para casi todos sus hijos, hemanastros de la reina Isabel.
La bonanza no dura pues el descontento crece y el retorno de Espartero en el bienio progresista devolverá al exilio a María Cristina y a Fernando Muñoz. Retornarán en la época final del reinado de Isabel II y con el regreso seguirán beneficiándose de los negocios hechos al amparo del poder: promociones del ferrocarril a Langreo, minas en las zonas de Gijón, ferrocarriles en Valencia...
Fallece Fernando Muñoz en septiembre de 1873 en la residencia que había adquirido en El Havre, a unos doscientos kilómetros de París. Está enterrado en la ermita de la Virgen de Riansares, cerca de su pueblo natal: Tarancón, municipio castellano manchego de la provincia de Cuenca.
Su esposa María Cristina hizo construir un sarcófago análogo al de su marido en el deseo de ser enterrada junto a él, pero su voluntad no se cumplirá ya que como viuda de Fernando VII y madre de reina está enterrada en el Panteón Real del Escorial. Su fallecimiento se produjo casi cinco años después del de Fernando Muñoz, el 22 de agosto de 1878.

Fernando Muñoz (I)

AGUSTÍN FERNANDO MUÑOZ Y SÁNCHEZ I duque de Riansares
Nieto de una nodriza de Carlos IV, Eugenia Funes, que recibió el 30 de mayo de 1780 el privilegio de hidalguía otorgado por Carlos III, accede al primer plano de la historia de España en virtud del matrimonio secreto que contrae con la reina regente María Cristina de Borbón y dos Sicilias.
En los inicios de la primera guerra carlista, dos meses después del fallecimiento de Fernando VII, su viuda se enamora de un capitán de su guardia, Fernando Muñoz, dos años más joven que ella. Tras compartir lecho con el rey Fernando VII, su tío que casi le doblaba la edad y que en su cuarto matrimonio se encontraba bastante achacoso, parece lógico pensar que el corazón de la joven viuda se orientase hacia persona más próxima a ella en edad.
El matrimonio se celebró el 28 de diciembre de 1833, en secreto. La Regente tenía 27 años y hacía tres meses que había enviudado.
Los amores de la Regente pronto trascienden, por sus frutos y son comentados por los corrillos de la Villa y Corte en la que se hizo célebre la frase : “La Regente es una dama casada en secreto y embarazada en público”. Se ve que los liberales que apoyaban a la reina niña Isabel II y a su madre María Cristina tampoco estaban de acuerdo con la política que llevaba y aprovechaban la ocasión para presionarla con su vida privada a fin de obtener más concesiones al liberalismo como recompensa al apoyo que le otorgaban frente a los carlistas. Por otra parte los carlistas aprovechaban las difíciles circunstancias de la Regente para atacarla. Se hizo famosa la siguiente coplilla:

Clamaban los liberales
que la reina no paría.
¡Y ha parido más muñoces
que liberales había!

No les faltaba razón pues la unión era prolífica y la pareja se iba cargando de hijos. A lo largo de su vida llegarían a tener ocho.
El punto débil de María Cristina era su matrimonio secreto y sus rivales lo saben. Los propios liberales progresistas lo aprovechan en su favor. En la sargentada de la Granja, en 1836 parece ser que la amenaza a la reina para que firmase el restablecimiento de la Constitución del 12 consistió en eliminar a su marido, Fernando Muñoz, al que los guasones denominaban “Fernando VIII”. También tras la ley de Ayuntamientos, tan perjudicial para los progresistas, y que llevara a la destitución de la Regente ante la presión de Espartero, se utilizó contra ella la debilidad en la que su situación matrimonial la colocaba.
Vencedora contra los carlistas, pero presionada y derrotada por los progresistas, la madre de Isabel II se tendrá que encaminar al exilio. Nos cuenta Carlos Fisas en su libro “Historia de las reinas de España”:

“el 12 de octubre de 1.840, a las ocho de la noche, en el salón principal del palacio de Cervelón, María Cristina, espléndidamente vestida, como años después haría su hija en similar circunstancia, leyó su renuncia a la regencia en presencia de la corte, el gobierno, el cuerpo diplomático, y de cuantas autoridades se encontraban en Valencia. El 17 del mismo mes abrazó llorando a sus hijas doña Isabel II y doña Luisa Fernanda, que la miraban atónitas sin comprender absolutamente nada de lo que estaba sucediendo,y embarcó en el vapor español “Mercurio”. Al arribar a Port-Vendres, se acogió a la hospitalidad que le brindara el rey Luis Felipe I de Francia, casado con la princesa Amalia de Borbón, tía carnal de doña María Cristina”.

En la despedida la Regente dirá a Espartero: “te hice duque pero no he logrado hacerte caballero”.

El título de duque de la Victoria le había sido otorgado a Espartero por sus merecimientos en la finalización de la guerra carlista, previamente se le concediera el título de Conde de Luchana por sus méritos en esa misma guerra. No acabará aquí el ascenso nobiliario de Espartero que llegará a ser Principe de Vergara e incluso tras la destitución de Isabel II se le ofrecerá la corona de España.

domingo, 7 de diciembre de 2008

El fusilamiento de Torrijos



En este cuadro el pintor Gísbert hace un alegato en defensa de la libertad. José María Torrijos (1791- 1831) era un destacado liberal, había desempeñado el cargo de capitán general de Valencia y el de ministro de la guerra en la época del trienio liberal. Exiliado como otros muchos en Inglaterra cuando los cien mil hijos de San Luis reponen a Fernando VII como monarca absoluto sigue intentando pronunciamientos para reponer un gobierno constitucional. Es atraído con engaño a las costas andaluzas, le habían prometido apoyo para su intentona. Es detenido cuando intentaba desembarcar con sesenta de sus compañeros por un guardacostas y obligado a desembarcar en Fuengirola. Fusilado por delito de traición, sin juicio previo, en las costas de Málaga el 11 de diciembre de 1831. El cuadro recoge el dramático momento en es fusilado junto a sus compañeros de intentona. Se convierte en un héroe de la libertad y su causa es ensalzada por los liberales.
Espronceda le dedica un emocionado poema.
A la muerte de Torrijos y sus compañeros

Helos allí: junto a la mar bravía
cadáveres están ¡ay! los que fueron
honra del libre, y con su muerte dieron
almas al cielo, a España nombradía.
Ansia de patria y libertad henchía
sus nobles pechos que jamás temieron,
y las costas de Málaga los vieron
cual sol de gloria en desdichado día.
Españoles, llorad; mas vuestro llanto
lágrimas de dolor y sangre sean,
sangre que ahogue a siervos y opresores,
y los viles tiranos con espanto
siempre delante amenazando vean
alzarse sus espectros vengadores.

miércoles, 3 de diciembre de 2008

María Cristina de Borbón dos Sicilias



María Cristina de Borbón-Dos Sicilias (Palermo, 27 de abril de 1806 – Sainte-Adresse, Francia, 22 de agosto de 1878) Fue la cuarta de las esposas de Fernando VII con el que se casó a los 23 años, en 1829. Su marido casi le doblaba la edad, tenía 45. Tuvo un papel muy activo en la consolidación del liberalismo en España al enfrentarse al hermano del Rey, Carlos María Isidro, y defender el trono de su hija frente a las pretensiones absolutistas. Para defender el trono curiosamente tendrá que contar con el apoyo de aquellos a los que su marido había perseguido a lo largo de su reinado. El papel de la reina regente fue clave a la hora de apartar a personajes de un absolutismo moderado hacia el apoyo al trono y a la alianza con el liberalismo. Es una transición compleja en el que el aparato de estado absolutista se va inclinando hacia el continuismo y acaba al servicio de los liberales. En cierto modo presenta alguna semejanza con los años finales del franquismo y la transición a la democracia en el que personajes del estado franquista acabaron conviviendo primero y convirtiéndose luego en demócratas. Después de este servicio al liberalismo durante la guerra, su inclinación hacia el moderantismo la hizo incompatible con las funciones de Regenta, siendo atacada por el liberalismo progresista. Ya viuda, su matrimonio con Fernando Muñoz, del que acabará teniendo ocho hijos contribuyó a su descrédito y a facilitar las críticas de sus enemigos. El enfrentamiento que se produce por el apoyo a la ley de Ayuntamientos es la gota que desborda el vaso y acaba siendo forzada a exiliarse dejando como Regente al general progresista Espartero.
Si queréis leer una breve biografía podéis consultar la wikipedia.
Un resumen de la evolución política durante su Regencia los tenéis en el siguiente enlace: