domingo, 14 de diciembre de 2008

RAFAEL DE RIEGO (I)


RAFAEL DE RIEGO Y NUÑEZ (1725- 1823)
Nacido en Santa María de Tuñas (Asturias) el 24 de octubre de 1785 fue ejecutado en la Plaza de la Cebada en Madrid el 7 de noviembre de 1823. Es el gran protagonista del conocido como levantamiento de Riego el 1 de enero de 1820 en Cabezas de San Juan (Cádiz). Su nombre se asocia al himno liberal y republicano conocido como Himno de Riego que tuvo varias letras y que llegó a ser oficial en España.
Había cursado estudios de filosofía y de derecho en la Universidad de Oviedo que decidió abandonar para ingresar en los Guardias de Corps en Madrid. Ya en la capital participa en el Motín de Aranjuez que acaba con la destitución de Godoy y está relacionado con los inicios de la Guerra de Independencia. Murat lo envía prisionero a El Escorial, de allí logra fugarse, se dirige a Asturias pues su padre era miembro de la Junta Suprema de Asturias. Nombrado capitán participa en diversas acciones, es hecho prisionero el 3 de noviembre de 1808 siendo deportado a Francia.
Toma allí contacto con el liberalismo radical. Liberado, viaja por Inglaterra y Alemania llegando a contactar con la masonería que trabajaba en favor de las corrientes liberales contra el absolutismo. Vuelve a España en 1814 y reingresa en el ejército como teniente coronel. Jura la Constitución de 1812 (La Pepa) antes de que Fernando VII a su regreso de Francia la derogase.
Durante el primer período absolutista se une a la masonería y participa en en conspiraciones para restaurar la Constitución. Después de varios intentos fracasados, hacia finales de 1819 está reuniéndose en Andalucía un ejército destinado a enfrentarse con los independentistas americanos de las colonias españolas.
El ambiente es propicio a un rebelión. Cuenta Andrés Borrego que “los inválidos que regresaban de Venezuela al desembarcar en la costas del litoral gaditano, andrajosos, hambrientos, inutilizados y escarmentados, ponderaban su mala ventura y decían a voz en grito a los acantonados expedicionarios que les esperaría igual suerte si sobrevivían al adverso destino que iban a buscar... en cuanto a los oficiales, así entre ellos como entre los paisanos, era general la opinión de que el restablecimiento de la Constitución de 1812 allanaría el antagonismo de los criollos y abriría la puerta a la pacificación de aquellas regiones y a una era de sólidas ventajas tanto para los americanos como para los españoles” (citado por Tuñón de Lara, La España del siglo XIX tomo 1 pág. 57).
En este ejército Riego está al mando del batallón asturiano. Es la ocasión que esperaba para una intentona contra el absolutismo de Fernando VII y el 1 de enero de 1820 se alza al frente de sus tropas en Cabezas de San Juan (Sevilla). La situación se vuelve incierta, el resto del ejército vacila pero Riego no se rinde e inicia una marcha por diversos pueblos andaluces en los que esperaban encontrar apoyo popular para su levantamiento, apoyo que no acaba de producirse. Estuvo vagando durante cerca de un mes por tierras de Málaga y la Serranía de Ronda, evitando el enfrentamiento con las tropas del gobierno. Parece cundir el desánimo cuando al eco del pronunciamiento surgen sublevaciones en Coruña, Ferrol y en otros diversos lugares de España, en Madrid grupos de liberales se manifestaban a favor de la Constitución, corren rumores de que la sublevación se extiende. El 7 de marzo la multitud rodea el palacio real. El gobernador militar de Madrid se niega a reprimir a los manifestantes. El pronunciamiento había triunfado y Fernando VII se vera obligado a marchar “por la senda constitucional”.

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