miércoles, 17 de junio de 2009

La sublevación del cuartel del San Gil




El 22 de junio de 1866 llevaba gobernando O´Donell, que había sustituido a Narváez tras los sucesos de la noche de San Daniel, un año cuando se produce un motín. No había el gobierno conseguido atraerse a los progresistas ni a los demócratas. Prim quizás esperaba ser llamado a formar gobierno y O´Donell no consigue apoyos, con lo que la situación de la monarquía está cada vez más en el aire.
Ya se había producido una intentona el 3 de enero de ese mismo año en Villarejo de Salvanés cuando Prim, Pavía y otros militares levantan a los húsares de Aranjuez y Ocaña pero no consiguen que el movimiento sea secundado y los cabecillas tienen que escapar a Portugal. Varios sargentos son fusilados. Prim será condenado a muerte en rebeldía pero la justicia no le alcanza y desde el extranjero continúa conspirando contra la Reina.
Ahora se prepara un movimiento civil y militar. Se sublevaría el cuartel de artillería de San Gil y juntamente con otras unidades debería tomar el Palacio Real y apoderarse de la Reina. Al tiempo un par de generales, dirigidos por Prim, entrarían por la frontera francesa e irían sublevando unidades. Por otra parte un grupo de personas se encargarían de sembrar la agitación entre los barrios populares de Madrid contribuyendo al éxito del movimiento militar. La acción estaba planificada para el día 26 de junio.
Pero el día 22 los sargentos encargados de la sublevación del cuartel de San Gil, se enfrentan a los oficiales matando a varios de ellos y se hacen con el cuartel iniciando el movimiento. La razón para adelantarse parece que fue el creer que O´Donell estaba enterado de lo que se preparaba. Por su parte los civiles de Madrid empiezan a formar barricadas y uniéndose a los sargentos intentan tomar el Palacio Real. La tropas leales a la Reina consiguen frustrar el intento y poco a poco van reduciendo a los sublevados aunque los enfrentamientos son sangrientos y se extienden por muchos lugares de la capital.
Reprimido el movimiento se fusila a 66 sargentos. Los conspiradores que pudieron escaparon al extranjero. La represión no contentó a nadie. Evidentemente no podía agradar a los progresistas y demócratas que la sufrieron, pero tampoco gustó a los moderados de Narváez que la consideraron demasiado blanda. O´Donell será sustituido por Narváez que regresa al poder. Es el único apoyo que le queda a la Reina. Se inicia una etapa en la que con una fuerte represión se intenta mantener el régimen. Es el fracaso del modelo liberal moderado que no consigue articular un modelo de relevos en el poder sin desgastar al trono.

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