lunes, 16 de marzo de 2009

Proclama del golpe de estado de Primo de Rivera

En septiembre de 1923 el general Miguel Primo de Rivera lanza una proclama ante el conjunto de problemas que España presenta. La crisis del sistema de la Restauración es evidente. Los gobiernos son incapaces de afrontar los problemas de orden público en la calles donde el pistolerismo se impone. La guerra africana tras el desastre de Annual amenaza con salpicar de responsabilidades a un sector militar e incluso a Alfonso XIII. La situación internacional es proclive al ascenso de las dictaduras y la caída de las democracias.
Primo de Rivera se presenta como la solución con esta proclama que tiene el tufo machista de los militares del momento. Leedla, es todo un ejemplo del lenguaje de los autoritarios.

PROCLAMA DEL GOLPE DE ESTADO DE PRIMO DE RIVERA

Al país y al Ejército

ESPAÑOLES: Ha llegado para nosotros el momento más temido que esperado (porque hubiéramos querido vivir siempre en la legalidad y que ella rigiera sin interrupción la vida española) de recoger las ansias, de atender el clamoroso requerimiento de cuantos, amando la patria, no ven para ella otra solución que libertarla de,"los profesionales de la política, de los hombres que por una u otra razón nos ofrecen un cuadro de desdichas e inmoralidades que empezaron en el 98 y amenazan a España con un próximo fin trágico y deshonroso. La tupida red de la política de concupiscencias ha cogido en su malla, secuestrándola, hasta la voluntad real. Con frecuencia parecen pedir que gobiernen los que dicen no dejar gobernar, aludiendo a los que han sido su único, aunque débil freno, y llevaron a las leyes y costumbres de la época ética sana, el tenue tinte de la moral y la equidad que aún tienen; pero en la realidad se avienen fáciles y contentos al turno y al reparto y entre ellos mismos designan la sucesión.
Pues bien, ahora vamos a recabar todas las responsabilidades y a gobernar nosotros u hombres civiles que representen nuestra moral y doctrina. Basta ya de rebeldías mansas, que sin poner remedio a nada, dañan tanto y más a la disciplina que está recia y viril a la que nos lanzamos por España y por el rey.
Este movimiento es de hombres: el que no sienta la masculinidad completamente caracterizada, que espere en un rincón, sin perturbar los días buenos que para la patria preparamos. ESPAÑOLES: ¡VIVA ESPAÑA Y VIVA EL REY!
Diario de Barcelona, 13 de septiembre de 1923.

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