martes, 4 de noviembre de 2008

Cadalso, un ilustrado español

Este personaje tuvo una vida breve, en la segunda mitad del siglo XVI, viajó y residió en diversos lugares de Europa. Os recomiendo que consultéis en la wikipedia detalles de su vida. Nos deja entre sus obras una conocida con el nombre de "Cartas Marruecas" en la que ejerce un crítica demoledora a la sociedad española de su época. Está escrita en forma de cartas que dirige un personaje llamado Gazel a un amigo suyo, Ben-Beley en la que describe las curiosas costumbres de los españoles. Como buen ilustrado no faltan en ella críticas a la nobleza. Para que saboreéis sus escritos os copio las cartas XII y XIII.


Carta XII
Del mismo al mismo

En Marruecos no tenemos idea de lo que por acá se llama nobleza hereditaria, con que no me entenderías si te dijera que en España no sólo hay familias nobles, sino provincias que lo son por heredad. Yo mismo que lo estoy presenciando no lo comprendo. Te pondré un ejemplo práctico, y lo entenderás menos, como sucede; y si no, lee:
Pocos días ha, pregunté si estaba el coche pronto, pues mi amigo Nuño estaba malo y yo quería visitarle. Me dijeron que no. Al cabo de media hora, hice igual pregunta, y hallé igual respuesta. Pasada otra media, pregunté, y me respondieron lo propio, y de allí a poco me dijeron que el coche estaba puesto, pero que el cochero estaba ocupado. Indagué la ocupación al bajar las escaleras, y él mismo me desengañó, saliéndome al encuentro y diciéndome: -Aunque soy cochero, soy noble. Han venido unos vasallos míos y me han querido besar la mano para llevar este consuelo a sus casas; con que por eso me he detenido, pero ya despaché. ¿Adónde vamos? Y al decir esto, montó en la mula y arrimó el coche.
Carta XIII
Del mismo al mismo

Instando a mi amigo cristiano a que me explicase qué es nobleza hereditaria, después de decirme mil cosas que yo no entendí, mostrarme estampas que me parecieron de mágica, y figuras que tuve por capricho de algún pintor demente, y después de reírse conmigo de muchas cosas que decía ser muy respetables en el mundo, concluyó con estas voces, interrumpidas con otras tantas carcajadas de risa: «Nobleza hereditaria es la vanidad que yo fundo en que, ochocientos años antes de mi nacimiento, muriese uno que se llamó como yo me llamo, y fue hombre de provecho, aunque yo sea inútil para todo».

Si os interesó la crítica que hace podéis leer la obra en la Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes.

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