viernes, 24 de octubre de 2008

La crisis de los tulipanes

En estos momentos, en los que se está produciendo un crack bursátil es conveniente mirar hacia atrás. Suele decirse que la historia es maestra de la vida, aunque no solemos aprender de sus lecciones. Son muchos los ejemplos de especulación desmesurada que acabaron en un desplome que supuso la ruina de los aventurados. El más famoso es el de 1929, pero ahora quiero recordar otro más antiguo y, si cabe, más descabellado.

En el siglo XVII los Países Bajos eran un importante centro del comercio mundial. Al comercio suelen acompañar las instituciones precisas para que funcione. Al negocio siempre sigue la codicia, una de las pasiones humanas más difíciles de controlar y que puede hacer perder la cabeza a gentes por lo demás muy cabales. Cuando el interés por ganar hace perder de vista los fundamentos del negocio, se dispara la especulación hasta límites inconcebibles.

En este caso el objeto de la especulación eran los bulbos de tulipán. Esta hermosa flor, bajo cuidado, comenzó a producir variedades de coloraciones diversas. Coleccionista ricos empezaron a pagar bien por adquirir bulbos de tulipán. Atraídas por el posible negocio aparecieron personas que compraban para luego revender, así se dispara la demanda y suben los precios. La subida se intensifica hasta convertirse en algo totalmente irracional. Un bulbo llega a ser cambiado por un carruaje, dos caballos y un arnés. Se cuenta que una docena de ellos se cambiaron por una fábrica de cerveza.
Como siempre la escalada de precios llega a un punto en que la locura se detiene, con los tulipanes ocurre a principios del año 1637. Los precios no suben y comienzan las dificultades para la venta. Los que compraron para especular se lanzan a vender. El aumento de la oferta y la escasez de demandan hunden totalmente el precio. Al poco tiempo un bulbo de tulipán se cotiza como uno de cebolla, todo ha vuelto a su cauce.
La locura supuso que algunas personas se enriquecieron al salirse a tiempo de la burbuja especulativa y otras se arruinaron al quedarse con la patata caliente en las manos; pero hay algo más, el desequilibrio que provocó la fiebre especulativa produjo una crisis económica que sufrió la economía del país durante tiempo. Las finanzas y la producción no están desligadas. ¿Suena todo esto a algo reciente? La verdad es sucedió en el siglo XVII en Holanda.

Si queréis más información podéis consultarla en la wikipedia en el artículo "tulipomania", es excelente.

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